Dr. Enrique Gastaldi Orquín
Escribo estas líneas para compartir unas observaciones que tras estas semanas de confinamiento me ha parecido constatar. Después de más de treinta años como traumatólogo, tratando lesiones deportivas y degenerativas, me he encontrado con dos situaciones: La primera, es el aumento del umbral del dolor; y la segunda, es la aparición de lo que he venido a llamar “lesiones por el confinamiento”.
El umbral del dolor es el nivel de sensibilidad a partir del cual tenemos la sensación de dolor. Hemos tenido nuestras consultas en “stand-by”, (urgencias y no-demorables) siguiendo los protocolos de confinamiento debidos al estado de alarma causados por este maldito COVID-19 Pero hemos seguimos trabajando para atender a nuestros pacientes gracias al recurso de las consultas telefónicas. Les llamábamos y preguntábamos por su salud y la de su familia y luego por sus problemas traumatológicos. Apoyándonos en las nuevas tecnologías, otra gran ayuda ha resultado el envío de imágenes por WhatsApp. Una rodilla hinchada, un bulto. O visionar imágenes de pruebas (resonancias, TAC, analíticas) a través de los portales del paciente.
La gente, que es “bona gent”, tras agradecer el interés nos solían referir un notable incremento de mejoría de sus lesiones. Incluso si a alguno le proponíamos si deseaba acercarse a la consulta (por una situación algo especial), lo solía declinar muy decididamente.
Me comentaba un compañero y buen amigo, médico militar, que le llamó un guardia civil con un cólico de riñón. Mi amigo, siguiendo un correcto criterio médico, le dijo de acercarse a urgencias del hospital, a lo que el aludido le respondió: “Ni de coña, mi teniente coronel. Para tomar Paracetamol y Nolotil me quedo en casa”.
Las urgencias de traumatología están prácticamente vacías: no hay casi accidentes de tráfico (afortunadamente), no se practican deportes de contacto, no se sale,…. (ahora se empieza).
Muchos pacientes con un lumbago o un dolor de hombro, que antes acudía a urgencias, se quedan en casa. Y es que es mejor “tener un menisco algo roto” que llevarse un coronavirus. (Decisión que apoyo y aconsejo, si no es muy necesario).
Por otra parte el reposo obligado produce una mejoría en muchas lesiones degenerativas. Al no caminar, no cargamos peso en las articulaciones. Por este motivo muchas personas con artrosis se encuentran mejor. Aunque esto no es una regla uniforme, como todo en Medicina. Hay pacientes que la inactividad les condiciona y los anquilosa. Y en las personas mayores, la soledad, la incertidumbre y el confinamiento pueden incrementar esa sensibilidad al dolor
Algunos me preguntan qué hacer. Estar en reposo o moverse. Yo les aconsejo moverse en la medida que puedan. Prefiero pasarme un poco de actividad que quedarme corto. La explicación: cuanto menos haces, menos ganas tienes de hacer cosas. Y esta situación, en pacientes de más edad, conduce a una limitación física y a una limitación mental progresiva. Si te molesta o te duele porque haces diez, intenta hacer ocho. Si te molesta haciendo ocho, haz seis; pero haz algo. “El movimiento es vida”, decían los clásicos
La segunda observación es la aparición de lo que he venido a llamar: lesiones del confinamiento. Ante la perspectiva de semanas en casa, mucha gente se lo ha tomado como algo parecido a como comenzar vacaciones. Entonces al españolito de a pie se le suele ocurrir hacer lo que no hace habitualmente: es decir, hacer ejercicio y limpiar…
Lo primero es consecuencia de que podemos estar confinados; pero intentar no salir con-fi-ta-dos. Lo segundo, es consecuencia de esas cosas que decimo “ya las haré mañana” y, por su puesto las vas dejando. Hasta ahora.
Os voy a comentar algunas de situaciones clínicas que he tenido ocasión de atender y que son problemas de espalda y de rodilla, habitualmente.
Mi primer caso es un tipo estupendo, que tiene de deportista lo mismo que Hommer Simpson. Como vive en una casa fuera de Valencia con jardín, pensó que lo mejor sería caminar. Pues bien, me llamó porque tiene un dolor glúteo típico de un síndrome piramidal. Esta lesión es un atrapamiento del nervio ciático por este músculo. Es más frecuente en corredores o en andadores debido a una sobre-solicitación: lesión por sobreuso. En las personas no habituadas al deporte es una sobrecarga debido a realizar un ejercicio o una actividad a la que no están acostumbrados.
Un caso parecido son los dolores lumbares o dorsales que muchas veces aparecen después de realizar un esfuerzo. Por ejemplo, el traslado de objetos (la mesa del salón, un macetero, la cama). O después de haber mantenido una postura inadecuada, o de haber realizado ejercicio forzado. Normalmente son “pinzamientos” discales. Es lo que conocemos como un lumbago, quedarse “enganchado”. Hay que tener precaución no se complique con una hernia discal. Es cuando el dolor lumbar se irradia por detrás de la pierna: una lumbociática.
Tengo un paciente con una lumbociática de libro que se originó después de cambiar unas estanterías. Le propuse acercarse al hospital para hacerse una resonancia. Me contestó algo similar al guardia civil: “me espero que pase esto…”
Mucho cuidado las personas más mayores, con osteoporosis, pues tras un esfuerzo de carga se puede provocar una fractura vertebral (fractura osteoporótica).
Si vamos a hacer un esfuerzo de más, al que no estamos acostumbrados intentar protegerse con una faja. Y tener cuidado. Muchos lumbagos no aparecen en el momento; sino un tiempo después.
Uno de las molestias más desagradables que vemos en la consulta son los del hombro. Habitualmente refieren un dolor enorme muy limitante. “No me puedo vestir, ni peinarme, ni abrocharme el sujetador. Me duele más por la noche”. Una limpieza de ventanas, un arreglo de altillos, etc. hacen que posiciones los brazos y las manos por encima del nivel de la cabeza. (Pensar que en el 80-90% de las actividades cotidianas no solemos levantar las manos por encima del nivel de los hombros). Se produce un pinzamiento repetido entre los tendones del hombro y el hueso del acromion, muy típico, que produce una inflamación y que es muy doloroso.
Las rodillas también sufren. Los meniscos se pueden lesionar al ponerse en cuclillas o agacharse. Al arreglar cajones bajos, o hacer labores de jardinería estando agachados. Normalmente es un dolor más en la parte interna o, menos, en la externa de la rodilla. Duelen más al caminar por terreno irregular, al hacer algún giro e incluso en la cama al cambiar de posición. A veces se acompañan de derrame articular.
He tratado meniscos mediales de arreglar cajones y de arreglar plantitas. Y una meniscopatía lateral en un paciente-amigo que tiene una hemiplejia (parálisis de un lado) de forzar la rodilla buena para caminar.
Les aconsejo se apliquen algo de fresco, hagan ejercicios de cuádriceps, de flexionar y extender la rodilla, sin forzar ni hacerse daño. Un poco de bici si pueden. Un analgésico y esperar que esto pase para hacerse una resonancia.
La articulación rotuliana también sufre. Otro paciente me llamó porque “se le enganchaba la rodilla por delante” y le crujía. Al hacer flexión de rodilla se le enganchaba, notaba como un saltito y se ponía “en su sitio”. En este caso había una sobredosis de subir y bajar escaleras.
Le pregunté a una runner habitual qué hacía en estas condiciones y me dijo que empleaba una hora todos los días en subir y bajar una banqueta. Son actividades que fuerzan la articulación patelo-femoral y pueden ocasionar lesiones del cartílago. La semana pasada me llamó con dolor.
Les recomiendo moderación, técnica (hasta para subir bajar escaleras hay que hacerlo bien), ejercicios de cuadriceps en extensión, aplicar frío. Y que continúen haciendo ejercicio sin dolor.
Por último, una de las lesiones más peculiares en este confinamiento son las musculares. Normalmente por hacer ejercicios a los que no estamos habituados. Y unos músculos poco acostumbrados al ejercicio son los abdominales. Tener cuidado si alguien quiere sacar tableta… Sobre todo en los que ya tenemos unos años: dehiscencia de rectos (los músculos del abdomen se separan por el medio). Los desgarros a nivel del pubis…
En conclusión Está más que bien que intentemos cuidarnos. La práctica de ejercicio y llevar una vida saludable es una marca de las civilizaciones avanzadas. Hagamos ejercicio, cuidemos la alimentación: Todo con coneiximent.
Cuidaros todos y AMUNT¡